Confemetal reclama políticas que favorezcan la competitividad y la productividad

El pasado miércoles, 20 de abril, se celebró en Madrid la Asamblea Anual de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal, Confemetal, cuyo presidente, José Miguel Guerrero, analizó en su Informe la situación actual de Sector y presentó la memoria de actividades de la organización.

Guerrero resaltó que, después de la devastadora caída del 14,2 por ciento de 2020, la producción industrial del Metal se incrementó en 2021 un 7,4 por ciento, tasa insuficiente para recuperar los niveles anteriores a la pandemia. La Cifra de Negocio registró el año pasado un repunte del 12,7 por ciento tras sufrir una caída del 12,9 en 2020.

Según la Encuesta de Población Activa, el número de ocupados en la Industria del Metal alcanzó los 1.054.800 en el cuarto trimestre de 2021, que son 43.200 más que en la misma fecha del año anterior, lo que supone un incremento del 3,7 por ciento en el conjunto del año 2021. La tasa de paro del Sector cerró el año en el 4,6 por ciento.

En cuanto al Comercio Exterior, el déficit comercial del sector aumentó un 46 por ciento en 2021, con avances del 15,4 por ciento en las exportaciones y del 17,2 por ciento en las importaciones, frente a caídas en 20202 del 12,8 y del 15 por ciento, respectivamente.

En su informe, el presidente de Confemetal hizo balance de los doce meses de 2021 y los ya transcurridos de 2022 señalando que no han sido lo que se esperaba para consolidar una recuperación económica sólida, fortalecer la actividad productiva y afianzar e impulsar la creación de empleo: “Dos años después del inicio de la pandemia, la sensación es de decepción, de expectativas frenadas, cuando no frustradas”, lamentó.

Según Guerrero, la economía y el empleo no crecen como cabía esperar tras remitir la pandemia y la llegada de los Fondos Europeos no está siendo el catalizador de la recuperación que se esperaba,
además, a esa situación se han sumado nuevos problemas, de orden interno y externo, en cuestiones como la energía, el suministro de materias primas y componentes, la regulación laboral, la presión fiscal o el comercio internacional.

Guerrero señaló también que en ninguno de esos ámbitos han mejorado las condiciones en las que se desarrolla la actividad de las empresas, y que la evolución de los acontecimientos y las políticas económicas y laborales que deberían servir para mitigar sus efectos, no van en una dirección que permita ser optimista para los próximos meses.

Por último, el presidente de la confederación insistió en que hacer una economía más competitiva y capaz de generar actividad y crear empleo, para asegurar el futuro de nuestro estado del bienestar, exige políticas económicas y laborales que no vayan en contra de la actividad empresarial, y muy especialmente de la de los sectores industriales y las pymes.

Esas políticas para impulsar a corto y medio plazo la economía productiva, pasan por favorecer que las empresas recuperen y consoliden su actividad y solo pueden ir en la línea de “reducir costes de todo tipo, fomentar la competitividad y la productividad, a través de la innovación, la formación y la internacionalización, y mejorar las vías de financiación” concluyó José Miguel Guerrero.